domingo, 20 de diciembre de 2009

Las consecuencias neurológicas de no tener padre

Recientes estudios científicos pudieran brindar luz sobre los efectos biológicos dañinos de la ausencia del padre (Shirley S. Wang, “This Is Your Brain Without Dad”, http://online.wsj.com/article/SB10001424052748704754804574491811861197926.html). La bióloga alemana Anna Katharina Braun, directora del Instituto de Biología en la Universidad Otto von Guericke de Magdeburg, está haciendo investigaciones sobre los n animales biparentales (animales que típicamente son criados por ambos padres), tratando de entender el impacto que pudiera tener en ellos ser criados por un solo padre. El trabajo de la Dra. Braun se enfoca en los degús, roedores relacionados con los conejillos de Indias (Nota: Aunque es cierto que sólo 10% de todas las especies son biparentales. alrededor 40% de los mamíferos, incluyendo los humanos, lo son, y más del 90% de los pájaros lo son).

La Dra. Braun has descubierto que cuando son privados de sus padres, los cachorros de degú exhiben cambios a corto y a largo plazo en su crecimiento de células nerviosas en diferentes regiones del cerebro. Los cachorros de degús que no tienen padres también exhiben comportamientos más agresivo e impulsivo que los cachorros criados por dos padres.

El grupo de la Dra. Braun encontró que los animales sin padre tienen un menor desarrollo neurológico comparado a animales criados por ambos padres. Las diferencias neurológicas fueron observadas en la amígdala, la cual está relacionada a las respuestas emocionales, y la corteza orbitofrontal (OFC por sus siglas en inglés), el centro de hacer decisiones del cerebro. Un análisis preliminar del comportamiento de los degús mostró que los animales sin padre parecían tener un control de impulsos deficiente.

El alambrado básico del cerebro del degú es el mismo que el de los humanos, y las funciones de las células nerviosas son idénticas, así que podemos asumir que los que sucede en el cerebro del degú cuando es criado sin padre debe ser muy similar a lo que sucede en el cerebro de nuestros hijos cuando están bajo las mismas circunstancias.

Otro investigador, Xia Zhang, científico senior en el Instituto de Investigaciones de Salud Mental de la Universidad de Ottawa, ha estudiado a los topillos, roedores que también co-crían naturalmente, y encontró que los topillos privados de sus padres exhiben más comportamientos de ansiedad y eran menos sociables que los criados por ambos padres.

La actual tendencia hacia hogares monoparentales tiene a los investigadores buscando por sus consecuencias en los niños (solo el 57% de los niños en los Estados Unidos viven con sus dos padres, lo que está entre los porcentajes más bajos de las naciones ricas del mundo).

Las ingestaciones han encontrado que los niños en hogares monoparentales tienen más altos riesgos de delincuencia, de desorden de déficit de atención e hiperactividad (ADHD por sus siglas en inglés), y una más baja ejecución escolar. Robert Franklin, en sus comentarios sobre los hallazgos de la Dra. Braun (“Fatherlessness in animals”, http://glennsacks.com/blog/?p=4335) escribe:

“¿Exhiben los niños humanos criados sin padres diferencias similares ene el crecimiento neurológico? Ciertamente la sociología que trata sobre los niños de familias monoparentales muestra claramente el daño en el comportamiento que la carencia del padre puede hacer. ¿Sería una sorpresa que cambios fisiológicos en el cerebro estén en la raíz de estos conjuntos de comportamientos por largo tiempo reconocidos por los sociólogos?”

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