domingo, 28 de diciembre de 2008

Otro año, otras batallas

Esta semana comienza el año 2009. Cuando comienza un nuevo año, es natural que nos propongamos nuevas metas. En nuestro caso, estas metas deben ser no sólo las que nos proponemos en el plano personal, sino también aquellas metas colectivas que nos encaminen a la consecución de los derechos de buscamos para nuestros hijos y para nosotros. Propongo las siguientes:

Que afirmemos nuestra presencia pública, una presencia estruendosa, visible y desafiante, que le haga claro a todo el mundo que al estado actual de las cosas no será aceptado con resignación y en silencio.

Que multipliquemos los foros en los expongamos nuestra causa, que hablemos en escuelas y en universidades, en iglesias, en reuniones de grupos cívicos y de uniones obreras, en programas de radio y televisión, en periódicos y revistas, en el Internet, en fin, en todos los medios que podamos utilizar para alcanzar nuevos públicos.

Que resaltemos públicamente la singularidad de la paternidad, proclamando así que padres y madres suplimos elementos distintos pero igualmente necesarios para el desarrollo saludable de sus hijos.

Que promovamos un diálogo continuo, un debate incluso, entre los padres que han sido despojados de sus hijos y de sus derechos y el resto de la sociedad, de manera que nuestra causa no sea olvidada ni postergada.

Que establezcamos una bien organizada red de padres, una red que sirva de apoyo a aquellos padres que están luchando ahora por la custodia de sus hijos, y aquellos padres que no están en esa situación, pero que quieren evitar estarlo en la eventualidad de que en el futuro sus hijos estén a la merced de las cortes de familia.

Continuemos la lucha. Nuestros hijos nos esperan.

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