sábado, 8 de agosto de 2009

Regocíjense conmigo!

Mis amigos:

Dios me ha visitado, de nuevo.

Todos ustedes saben cuánto yo he luchado por la custodia compartida de mi hija Sofía. El pasado 17 de julio de 2009 estuve en corte de nuevo, y aunque el juez no me otorgó la custodia compartida, añadió otra noche semanal a la que yo ya tenía, lo que convierte el actual itinerario de visitas en un arreglo de custodia compartida de facto. Desde la semana que viene en adelante, Sofía cenará conmigo los martes y después se irá a la casa de su mamá, y los jueves yo la recogeré en la escuela y la llevaré a la casa de su mamá los sábados por la noche.

El juez también me concedió tiempo de vacaciones, el cual hasta hoy no tenía (ahora puedo visitar mi familia en Puerto Rico), y a petición mía, el juez determinó un itinerario para comenzar a revelarle a Sofía el hecho de que es adoptada, un asunto que realmente me preocupaba.

Quiero subrayar dos cosas que deben ser señaladas. Primero, que durante la vista, tanto mi abogada como el juez reconocieron los grandes avances de los derechos de los padres en años recientes. A pesar de que estos cambios no han llegado a la velocidad que nosotros quisiéramos, están viniendo, y a un ritmo sostenido y claro.

Segundo, que la persistencia y la fe pagan. Si yo me hubiera rendido, como mucha gente, incluyendo amigos, me pidieron que hiciera, esta victoria jamás hubiera ocurrido. Fueron mi fe en Dios y mis ganas de luchar las que me dieron la fuerza y la visión para seguir insistiendo en los derechos de mi hija y mis derechos como padre.

Así que, Dios me ha sonreído y la vida es buena.

Vidal

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