domingo, 22 de noviembre de 2009

Las acusaciones falsas de violencia doméstica pueden llevar al Síndrome de Alienación Parental

Escrito por David Heleniak (Traducción de Vidal Guzmán)

El Síndrome de Alienación Parental (SAP) es un patrón de pensamientos y comportamientos que puede desarrollarse en un hijo de padres separados donde el ppadre custodio causa que el niño, mediante manipulación y el bloqueo de acceso, tema y/o odie injustificablemte al otro padre. El SAP es más que un lavado de cerebro, en tanto que el niño participa activamente en la degradación del padre que sirve de blanco, trayendo razones original (muchas veces ridículas) para temerle/odiarlo.

Las órdenes de protección por violencia doméstica son un arma perfecta para un padre alienante. Típicamente, en adición a remover al acusado de abusado del hogar matrimonial, una orden de protección también le impide “temporalmente” al acusado de abuso ver a sus hijos, y “temporaralmente” le brinda al progenitor acusador la custodia física exclusiva. Y temporalmente, en las Cortes de Familia, tiene una manera divertida de convertirse en permanente.

Obtener una orden de protecció basada en una alegación falsa de violencia doméstica saca al padre que sirve de blanco fuera de la casa y fuera de la escena. Un padre que no puede ver a sus hijos, por ejemplo, es incapaz de refutar la mentira de que “Papi ya no te quiere. Por eso te dejó.” No puede tampoco refutar la mentira alterna, “Papi es peligroso. El sabio juez lo dijo. Pore so es que no puede verte.”

A menudo, si a un acusado/acusada de abusado se le permite ver a sus hijos, es en un centro de visitación supervisada. Como Stan Rains ha observado en “El Drácula del Centro de Visitación Supervisada”, “Lo degradante de ser el padre ‘visitante’ es fácilmente visible desde el minuto en que una persona entra a la ‘instalación segura’ con guardias armados, oficiosos trabajadores de caso con sus portapapeles y sus arrogantes y dominantes administradores... La impresión del niño es que todas esas figures de autoridad ven a papi como una amenaza seria y peligrosa. La única vez en que el niño ve este tipo de seguridad es cunado en la televisión muestran prisiones llenas de gente mala.” No sólo una visita en un centro de visitación envía un claro mensaje al niño que el padre “visitante” es una mala persona, sino que si los niños se niegan a ver al padre bajo esas condiciones, generalmente no se les fuerza a que lo hagan. Más perversamente, si el niño es animado por el padre custodio a rehusarse a ver al otro padre, no habrá repercusiones significativas para el padre custodio, y, generalmente, el niño no es forzado al padre que sirve de blanco.

Mientras más tiempo el nño pase lejos del padre alienado, peor será la alienación. Como el sicólogo Glenn F. Cartwright subrayo en su artículo “Expandiendo los parametros del Síndrome de Alienación Parental”, “el viejo adagio de que el tiempo lo cura toso, no es el caso del SAP, donde el paso del tiempo más que sanar empeora la aflicción. No digo que el tiempo no es importante: por el contrario, el tiempo permanece como una variable vital para todos los involucrados. Para sanar la relación, el niño necesita tiempo de calidad con el padre perdido para continuar y reparar esa asociación significativa que pudo haber existido desde su nacimiento. Esta comunicación continua también sirve como una verificación de la realidad para el niño para contrarrestar los efectos de la continua alienación en su hogar. De la misma forma, el padre perdido necesita tiempo con el niño para asegurarse de que el contacto no está completamente perdido y para prevenir que la alienación destruya completamente lo que haya quedado de una relación normal y afectuosa... El padre alienante, por otra parte, necesita tiempo para completar el lavado de cerebro del niño sin interferencia. La manipulación del tiempo se convierte en el arma principal en las manos del alienador que lo usa para estructurar, ocupar, y usurpar el tiempo del niño para prevenir el contacto ‘contaminador’ con el padre perdido, privándoles a ambos del derecho de pasar tiempo juntos y adelantando la meta de la alienación total. A diferencia de los casos de abuso infantil en los cuales el tiempo de separación del abusador a veces ayuda en la reparación de la relación dañada, el el SAP el tiempo de separación del padre perdido adelanta la causa de la alienación. Las usuales propiedades sanadoras del tiempo se pierden cuando éste se usa como el arma principal para infligir daño al padre ausente al alienar al niño.” Siguiendo esta línea, el Dr. Richard A. Gardner, quien acuño el término “Síndrome de Alienación Parental ” en 1985, sostiene que: “Si no hay esperanza de que reestablezcan una relación con el padre alienado, los niños con SAP deben pasar tiempo significativo con él (ella). Deben tener experiencias que les demuenstreen que el padre SAP no es nocivo y/o peligroso.”

Un padre que quiera acusar falsamente al otro padre de violencia doméstica querría probablemente envenenar al niño en contra él o ella. Añádase a esto el problema de que un juez que quiera “errar del lado de la precaución” al emitir una orden de protección basada en una dudosa alegación falsa probablemente no estará dispuesto a hacer lo que sea necesario para prevenir el desarrollo del SAP.

El SAP es desgarrador y, trágicamente, común. Si el sistema de órdenes de protección puede reformarse de manera que solo las verdaderas víctimas obtengan órdenes de protección y sólo los verdaderos abusadores fueran expulsados de ssus hogares, yo predigo que el número de casos de SAP sería marcadamente reducido. Intentemos hacerlo.

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